Una decisión desde el corazón
02.09.2013 07:42
Tanto la Biblia como pascal, nos hablan de la importancia que posee el corazón en el hombre, a la hora de tomar decisiones trascendentales, es decir; cuando debe elegir un camino por el cual se ha de regir completamente. Bien se ha afirmado que se piensa con la cabeza, puesto que ella es la que realiza el trabajo del análisis, la reflexión, los pormenores y detalles más específicos de la vida humana y desde allí opta. Pero es el corazón quien da el paso de afirmación concreta cuando se trata de elegir sobre la vida y para ella. Así se reconoce entonces al corazón como "el centro espiritual de la persona, su centro de actividad más íntimo[1]" que lo dirige en los momentos más significativos. Aquí es necesario que se tenga en cuenta que no se trata de un mero sentimentalismo, ni menos aún de una corazonada; aquí se trata de una verdadera decisión, una opción radical que se elige y se asume. Por eso tomando desde el mismo pascal aquella frase que asevera "que el corazón tiene razones que la razón no entiende", se pretende clarificar que el corazón da un paso más, él no solo contabiliza y analiza los datos presentes; sino que además reconoce al sujeto y lo asume, valorando cada parte de esa vida en la que palpita y por la que existe. El corazón observa con un tacto fino y sutil todo lo que rodea y afecta al sujeto, de modo que al tomar una decisión, sea lo más adecuado y certero posible. Así pues, la fe como respuesta desde el corazón, debe por tanto generar en el hombre, el mismo palpitar constante y decidido que realiza el corazón, que en su caso será por lo que ha escogido. Unido a ello entonces la respuesta dada debe traducirse en una acción; pues "no se trata tanto de avanzar en el camino de fe; sino de irradiar" esa fe que se ha asumido como vitalidad total. Es sencillamente descubrir que así como el corazón irriga todo el cuerpo y hace que las personas estén sanas, la fe; asumida bajo el principio del corazón, se note en cada expresión del individuo que ha optado, que ha escogido y por la cual se siente motivado a caminar. El corazón ha decidido y el peregrino ha emprendido el viaje, entregándose completamente.